Como padres siempre queremos niños obedientes, respetuosos, trabajadores, perfectos, y nosotros, ¿cómo somos?
Lo primero que debemos hacer es mirarnos a nostros mismos y como se dice, comunmente, predicar con el ejemplo, ¿y porque?
Porque lo que nosotros hagamos nuestros hijos/as los imitara, y no porque lo que nosotros hacemos para ellos es lo mejor sino, por como funcional las neuronas espejo.
¿Por qué debemos tenerlas en cuenta a la hora de educar?
Con los niños no vale «hacer lo que digo y no lo que veo», sus neuronas espejo se activan constantemente para garantizar la supervivencia y la aceptación del grupo. Necesitan saber que pertenecen. Imitarán para ser aceptados y si les reclamamos conductas que no emitimos, generamos en ellos incongruidad o disonancia cognitiva. La congruencia nos trae calma, seguridad y motivación.
Es decir, si les pedimos que no griten, gritando, generamos en ellos esa incongruencia.
Las emociones se contagian, si les mostramos alegría y calma, serán felices y calmados, por el contrario, si mostramos nuestra tristeza y ansiedad, imitarán esta emoción.
En nuestra vida diaria, solo el 7% de la comunicación es verbal. El mayor peso de la comunicación es no verbal, gestual. Debemos ser conscientes de todo lo que transmitimos y no solo nuestras palabras. ¡Alimentemos emociones positivas!
Os invito a ver este video de Elsa Punset y comprobar lo importante que son las neuronas espejo en nuestra vida.